Un rotulador azul y un mapamundi. Así inició en el año 2000 la investigación que identificaría las zonas del planeta con mayor longevidad, las Zonas Azules.
La Barbagia (Cerdeña), Okinawa (Japón), Loma Linda (California), la Isla de Ikaria (Grecia) y la Península de Nicoya (Costa Rica) concentran el mayor número de personas centenarias con vitalidad y buen estado de salud no vinculada ni al nivel económico ni a cuidados sanitarios especializados.
¿Qué idea clave aportan a las organizaciones las Zonas Azules?
La población de las Zonas Azules tiene vocabulario para el propósito. Los estudios demuestran que las personas que articulan su sentido de propósito tienen un 15% menos de riesgo de morir.
Uno de los “Power 9”, los 9 activos para la longevidad concluyentes de las 5 Zonas Azules, es diferencial para la longevidad y prosperidad en las organizaciones: el Ikigai.
El término japonés se compone de “iki” y “gai” que significan "vida" y "valor". Es la "razón de ser", el "propósito de vida" y aporta:
· autenticidad
· brújula interior
· dirección clara ante la toma de decisiones determinantes
· y sentido profundo de contribución.
El Ikigai apela a personas y organizaciones a vivir con propósito, desde el propósito y para el propósito.
La vida en las organizaciones con propósito evolutivo no es una acumulación de días, es una acumulación de motivaciones y motor hacia una misión superior y más importante.
El Ikigai surge de aquel punto en que interseccionan 4 fuerzas, aplicables a personas y a organizaciones:
Si la estrategia son las personas, sincronizar el propósito evolutivo de la organización con el propósito de sus personas es fundamental como activo de motivación, satisfacción y compromiso, así la organización y su misión son vías de catalización del propósito y sentido de sus equipos.
¿Qué nos ayuda a activar la inteligencia y cultura del propósito en nosotros y en nuestra organización?
· la introspección y el autoconocimiento profundo de nuestro ADN, intereses, habilidades
y talentos;
· la reflexión explícita y compartida de propósitos organizacionales y personales;
· los procesos de selección por valores, por competencias y por propósito;
· la sincronización periódica con nuestros stakeholders y sus valores y sentido de ser;
· construir nuestra agenda alrededor de nuestro propósito evolutivo, la razón más
profunda por la que la organización existe.
La filosofía japonesa del Ikigai aporta al sistema empresarial una estrategia integral, una longevidad próspera, sostenible y con sentido; y una contribución más significativa al mundo.
Mireia Cabero Jounou