Cuando hablamos del liderazgo de un equipo estamos hablando fundamentalmente de personas. Las personas en las organizaciones son imprescindibles y a veces las tratamos solo como recursos y no entendemos que son los verdaderos activos culturales de las organizaciones. Trabajar en equipo en una empresa es muy difícil y pocas lo consiguen. Normalmente en las organizaciones vemos grupos de trabajo, pero cuesta mucho lograr que las personas trabajen en equipo.
El líder y los dirigentes de una organización tienen la responsabilidad de hacerlo, siempre y cuando, entiendan que el eje central de sus actuaciones deben ser las personas que colaboran y trabajan en ella. Hoy abordaremos aspectos que olvidamos de las personas y a veces solo nos centramos solo en la selección, la descripción del puesto de trabajo, la evaluación del desempeño,…etc
Estos aspectos los llamamos “bases del trabajo en equipo” y los centramos en 3 características fundamentales:
La primera que se debe lograr es un buen ambiente que favorece todos los procesos colaborativos en una empresa ya sea de transformación, de eficiencia o de continuidad. No se trata de tener un “futbolín” en la empresa, se trata de generar ilusión y hacer que la gente tenga ganas de ir a trabajar. Va muy relacionado con la actitud del líder y de los dirigentes, de su madurez y su capacidad de servicio interno y resulta esencial para poder gestionar las personas y sus talentos en la organización. El líder debe conseguir que el buen ambiente en general reine en la organización y saber coordinar a las personas ya sea de forma presencial como virtual.
Otra característica importante es la comunicación: si compartes información con el equipo, éste se puede sentir mucho más comprometido con los objetivos. Esta comunicación no solo debe ser descendente sino fomentar la comunicación entre pares y sobretodo la comunicación ascendente: escuchar a las personas, sus inquietudes, sus aspiraciones, incluso sus reclamos o quejas.
La última característica que queremos hacer referencia es la importancia de la cultura para que todo el mundo esté enfocado en lo que tiene que hacer, que se permeabilicen los valores propios de la empresa y que todo el mundo sepa el por qué de su trabajo y en qué favorece su realización. Para ello el líder tiene que fomentar continuamente que se cumplan los valores porque si eso ocurre, lo más probable es que se cumplan los objetivos. Ello no es contradictorio con la diversidad, porque ser diverso es enriquecedor y el líder debe entenderlo así, pero deben haber líneas rojas que las personas deben conocer.
Así pues el líder debe saber crear un equipo con estas bases y saber conjugar y respetar los intereses de las personas que trabajan en una organización, será entonces cuando pasará de tener un grupo a tener un equipo. Y los resultados llegarán y seguro serán mucho más sostenibles.